Con poco más de cien páginas y ocupadas por una letra bastante grande, la historia de la que les hablo según mi lectura, es una de las más breves que podemos encontrar de este autor, pero ello no significa que contenga menor calidad. Además es considerada una de las mejores que posee el escritor. Un buen ejemplo que enseña que el tamaño y la extensión no siempre importan.
La historia habla de Santiago Nasar, el hombre que supuestamente arrebató a una recién casada su virginidad. Cuando ella se casa, su marido descubre en la noche de bodas que no es virgen, por lo que la devuelve a la familia. Esto supone una humillación tal para los familiares de la repudiada que buscan al responsable de tal afrenta para ajustar con él las cuentas.
Los hermanos gemelos Vicario deciden entonces vengar a la hermana matando al culpable de tal deshonra, Santiago Nasar. Salen al pueblo armados con sendos cuchillos, avisando a todos los que se cruzaban por su camino de sus intenciones.
Algunos no los tomaban en serio, por lo que no hicieron nada para impedir lo que sería una muerte anunciada. Los hermanos continúan paseando la noticia por todo el pueblo hasta que consiguen estar cara a cara con el que parecía la única persona en todo el pueblo que no sabía lo que iba a pasar, su víctima.
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